Angelfall

Este libro lo conocí gracias a una reseña de la blogsfera, y enseguida me llamó la atención. Además, la autora lo recomendaba como lectura en inglés, así que no pude más que pensar en él como uno de la lista de lecturas en inglés para este verano 2014.


Ciertamente, no entendía cada palabra, pero no se me ha hecho nada difícil de seguir. Estoy gratamente sorprendida por lo ligero que me está resultando leer en inglés, pues no ha sido tanta diferencia en comparación con mis lecturas habituales.




El mundo de Penryn —nuestra protagonista y voz narradora— ha sido conquistado y hecho pedazos por unos seres desalmados y superiores a los humanos, los ángeles. Por si no fuera poco tratar de encontrar cobijo y sustento entre las ruinas de lo que antes fue su ciudad natal, Penryn tiene que cargar con el peso de mantener con vida a su hermana pequeña de nueve años en silla de ruedas y a su madre, más preocupada por enemigos invisibles que por las amenazas del día a día.

Pero su hermana es secuestrada, su madre desaparece de vista, y ella tiene que cuidar de un ángel enemigo al que le han cortado las alas, pues es la única posibilidad que tiene de llegar a descubrir a dónde han podido llevar los ángeles a su hermana.



Una de las cosas que antes te sorprenden es la complejidad de la historia de Penryn. A Susan no le pareció bastante con sumergirla en un mundo post-apocalíptico, sino que además puso todo ese peso sobre sus espaldas. Esto realmente le da una dimensión diferente como protagonista, pues tiene muchas más cosas de las que preocuparse, sobre todo teniendo en cuenta que su madre y su hermana dependen completamente de ella. Y eso, quieras que no, influye muchísimo en su personalidad y en sus decisiones.

Es cierto que no es una novela que te atrape por completo desde el principio. En mi caso, no dejó de suscitarme interés; sabía que era una temática que me iba a gustar. Además, tiene un ritmo ágil, y los capítulos son muy cortos, haciendo que avances en la lectura con facilidad. Pero no es hasta casi el desenlace cuando la novela adquiere un ritmo trepidante, que te hace no querer apartar los ojos hasta haberla terminado.

También, sobre todo después de haber pasado la mitad de la novela, hay escenas un tanto sobrecogedoras. Yo no podía más que reproducirlas en mi mente y pensar que de ser una película, pertenecería al género de terror. Pero son solo un puñado de escenas, que no hacen más que aumentar la tensión y la emoción de la lectura.

Porque incluso en los momentos de más incertidumbre, Susan ha sabido introducir un par de personajes que aligeraban la tensión. He de resaltar la intervención de los hermanos Dee-Dum (los llamo por el apodo, aunque ya de por sí sus nombres sean bastante cómicos); estos traviesos gemelos me han encantado.



Cuando lo he terminado, me he quedado ciertamente con una sensación estupenda, de querer seguir leyendo a Penryn y vivir en ese mundo destrozado pero aún con esperanza de derrotar a los ángeles. Si el segundo libro empieza tal y como el primero acaba, no dudo en que me gustará aún más.