Hace casi un mes que debería haber publicado esta reseña, pero por un motivo u otro, he tenido que posponerlo.
Tenía muchas ganas de terminar esta novela, y aunque no fue fácil, lo conseguí. Voy a ser sincera, la trama en sí no me llamaba demasiado. La historia me parecía demasiado juvenil, quizá hace un par de años la hubiera leído más a gusto.
Kelly va a cumplir los quince años cuando lleva ya un tiempo teniendo extraños sueños con un hombre encapuchado y oníricos sucesos que afectan de forma radical tanto a su vida como a la de su padre, Herman, que es un científico completamente centrado en sus investigaciones secretas.
Precisamente el día de su cumpleaños sus peores pesadillas parecen volverse realidad, y sus preocupaciones por reencontrarse con su amigo de la infancia, Suníl, a quien hace años que no ve; quedan relegadas a un segundo plano. Kelly se ve de pronto envuelta en una odisea interdimensional en busca de su padre desaparecido, y sobre todo, en busca de la verdad sobre sí misma y los extraordinarios sucesos que parecen perseguirla a ella y a sus amigos.