The Boy in the Striped Pyjamas

Este es el tercer libro que leo como parte de mi propósito de leer en inglés de este verano. Me ha resultado muy sencilla de seguir, y quienes conozcáis el estilo de John Boyne sabréis por qué.

Primero, porque está contado por un niño, lo que le otorga una gran ligereza a la narración. El vocabulario no es muy extenso, y las palabras y las expresiones se repiten a menudo.

Personalmente, es un estilo que me encanta, por la gran dulzura que transmite solo la propia prosa del autor. También lo aprecié en El increíble caso de Barnaby Brocket, y otra vez he podido sentirme como si estuviera en la mente de un niño; en este caso Bruno, el protagonista.

Bruno es un niño de nueve años que vive en Berlín, hasta que tiene que mudarse a causa del trabajo de su padre, un comandante del ejército nazi. Así es como acaba en Out-With y descubre a las extrañas personas perennemente vestidas con un pijama a rayas que viven a el otro lado de la valla. Pero a Bruno le encanta explorar, y pronto acaba conociendo a Shmuel, quien no tardará mucho en convertirse en su mejor amigo.

Al principio a Bruno no le gusta nada su nueva casa, pero a medida que va pasando el tiempo acaba acostumbrándose a ella. Sin embargo, los sucesos cada vez inspiran más preguntas sin respuesta en la mente del niño, cuestiones que no alcanza a comprender; ¿por qué están en Out-With?, ¿quiénes son las personas con el pijama a rayas?, y ¿cuál es el objetivo de la valla que los separa?

A pesar del estilo prosaico algo infantil, sorprende cómo John consigue hacer que veamos y entendamos lo que Bruno no puede. The Boy in the Striped Pyjamas es un libro con un profundo significado y contexto, que no solo apela a la segunda guerra mundial, sino a todos los casos de racismo y discriminación de la historia y del mundo. El autor aprovecha cada hecho que el niño atestigua, cada palabra y cada conversación; y así es como nos hace partícipes de la cruel realidad en la que, a pesar de no ser consciente, nuestro joven hombre vive.

Por otro lado está la dulzura con la que está narrada. Con un estilo informal e inocente, el propio Bruno nos narra sus aventuras y exploraciones, observando con curiosidad su ambiente, haciéndose preguntas al margen del modo en que le puedan haber educado. De esto surge una reflexión aún más profunda, al notar la diferencia entre lo que el niño, sin prejuicios, opina que es correcto; y cómo los adultos, inmersos en una batalla entre sus principios morales y el sentimiento de deber hacia su nación, obran.

En este sentido está claro que cada personaje tiene su propia visión, opinión y postura ante la situación. Y está muy bien reflexionar acerca de cada una de ellas. Porque cada uno tiene su historia, que aunque no se explique completamente el autor sabe dar a entender muy bien; y sus condicionantes para actuar y pensar de un modo u otro. Al final, nunca se trata de estar a favor o en contra, siempre hay mucho más, y es algo que se ve claramente.

En cuanto al desarrollo de la trama, sorprende un poco el tiempo que le toma a Bruno conocer a Shmuel, porque es algo que se espera desde el principio de la novela. Y no es lo único, todos esos hechos que sabes que van a suceder y por los que estás a la espera, se toman su tiempo en suceder. De todas formas; The boy in the Striped Pyjamas no es el tipo de libro cuyo desenlace estás deseando que llegue, más bien todo lo contrario. Es el tipo de libro con el que quieres disfrutar al máximo, de Bruno, de sus pensamientos, de su visión inocente de los sucesos; y no simplemente desentrañar el final.

The Boy in the Striped Pyjamas puede ser un libro que suscite profundas reflexiones, o una lectura ligera con la que disfrutar de la dulzura de una historia narrada por un niño; o ambas. Pero está claro que, más que la meta, se disfruta el camino.