Los 100

Una distopía en la que 100 jóvenes que habían sido confinados y esperaban la muerte por delitos menores, tendrán una segunda oportunidad de vivir; serán los encargados de recolonizar la Tierra.

En esta novela conoceremos a varios personajes, cada uno con su pasado, sus problemas, sus delitos. La historia está narrada en tercera persona, pero los capítulos alternan los diferentes puntos de vista de cada protagonista, y también se narran episodios de su pasado.

Esto nos da opción no solo de conocer más profundamente a cada uno de ellos, sino de saber qué está ocurriendo y qué ocurrió tanto en la nave como en la Tierra. No voy a decir que siempre me ha gustado este sistema, porque había partes en las que lo único que quería era saber qué le pasaba a un personaje en concreto y no lo que hacía otro.

Aun así, la novela tiene un ritmo muy ágil, pues son muy cortitos, y se leen en un suspiro.

De hecho, es una narración muy completa en la que el lector no se desorienta en ningún momento gracias a toda la información que recibe por diferentes medios. Eso sí, no se pierde la intriga y las incógnitas van desvelándose poco a poco.

La trama es muy interesante y el modo en el que van uniéndose las historias de cada personaje, abrumador. Además, no son de ese tipo de descubrimientos en los que el lector se siente engañado, más bien como secretos que se percibían desde el principio pero sin saber de qué se trataban.

Los personajes son variados, pero Kass teje una red que va uniéndolos poco a poco. "El mundo es un pañuelo", y más en una nave con los supervivientes del invierno nuclear. También hay otra cosa que los une:. todos son adolescentes. Hay más de una historia de amor, pero por suerte no he sentido como si acapararan todo el protagonismo y el peso de la trama, más bien como si fueran otro tipo de circunstancias que envuelven a los protagonistas, lo cual, desde mi punto de vista, es lo ideal. 

También me ha gustado que, incluso si es un libro de ciencia ficción, los personajes pasan por situaciones realmente comunes y corrientes, además de otras alusiones a la vida contemporánea. Por ejemplo, hay un momento en el que la protagonista está haciendo una redacción para literatura en la que tiene que analizar ni más ni menos que la moda de los vampiros de los siglos XIX y XXI. Ese tipo de detalles nos encantan a los lectores.

A pesar de todo, se me ha hecho corto. No me hubiera importado en lo más mínimo que se hubiera extendido más. No sé si es eso, o que en las 306 páginas que tiene ha ocurrido poco. Tendré que hacerme con su continuación (cuando la publiquen...).

Los 100 no es una de esas novelas que te va a cambiar, pero es de ese tipo de lecturas que ayuda al lector, que parece que sus páginas se pasan solas y cuando te fijas te asombras por lo mucho que has avanzado sin darte cuenta.