Tempting the Bodyguard

Hace bastante tiempo que empecé esta trilogía. Además, Temting the Best Man fue el primer libro que leí de esta autora y con el que la conocí. Tempting the Player fue el segundo de la saga, y también me gustó otro tanto. Aun así, he de admitir que Tempting the Bodyguard no es el mejor libro que he leído de J. Lynn, también conocida como Jennifer L. Armentrout.



En este tercer libro conocemos al tercer hermano Gamble, Chandler, que a penas habíamos visto en los dos últimos tomos. A la que sí conocíamos es a Alana Gore, la ex-publicista de Chad. Aunque puede que no la conozcamos tan bien como pensábamos...

En el segundo libro se nos aparece como una despiadada publicista, sin escúpulos, a la que no le importa qué debe hacer con tal de limpiar la imagen de su cliente. Una mujer que cree en eso de "el fin justifica los medios". Sin embargo, ahora veremos una cara completamente distinta de ella, la cara de la Chandler se siente atraído, y la que sus hermanos todavía no alcanzan a ver.

Alana leva un tiempo siendo acosada mediante el correo. Recibe cartas que la aterrorizan. Pero todo cambia cuando realmente la cosa se pone seria: el acosador ha destrozado su apartamento. Ella necesita seguridad, ¿y qué mejor para eso que un guardaespaldas? Casualmente, Chandler lleva un negocio de seguridad personal, y accede a protegerla. Pero, ¿de quién?



Cuando digo que vemos una faceta completamente diferente de Alana, lo digo literalmente. Es cierto que leí los dos primeros libros hace ya bastante tiempo, y que no es lo mismo conocer a un personaje por terceros que cuando es él mismo quien cuenta su historia; pero se me ha hecho muy difícil identificar a la Alana de Tempting the Player con la de Tempting the Bodyguard.

En cuanto al argumento, está bien que la historia tenga un trasfondo, que no sea simplemente un recopilatorio de escenas sexuales. Eso le aporta cierto interés. No obstante, tampoco creo que se haya esmerado demasiado. La verdad es que a pesar de estar bajo amenazas y tener un acosador siguiéndola, ni los propios personajes le dan demasiada importancia. Resulta más bien una excusa para el desarrollo de su propio romance. Entiendo que esa es la finalidad de la novela, pero siendo un tema tan serio como el acoso... pienso que debería haber tenido más y otro tipo de repercusión.

Sin embargo, el desarrollo del romance sí ha estado bien. Desde el principio hay cierta tensión sexual, que se entiende que no tiene nada que ver con haber desarrollado sentimientos el uno por el otro. Y luego el romance va fraguándose poco a poco (más o menos). Hay puntos de inflexión, indudablemente, que son los que marcan un antes y un después en la relación; pero no son repentinos y sin sentido, como a veces pasa con otras novelas románticas.

Me ha gustado el cambio que ha supuesto la personalidad de Chandler con respecto a sus hermanos de las novelas anteriores. De alguna forma, se intercambian los papeles. En el primer y segundo libro son ellos, los Gamble, los que no quieren comprometerse, ya que la relación entre sus padres no salió bien. Pero Chandler es supuestamente el que menos se vio afectado por los problemas familiares, y quien a pesar de ser el último en comprometerse, no te teme al mismo. Tiene las cosas claras, y en cuanto se da cuenta de sus sentimientos, no duda en hacer lo que haga falta para tentar a Alana. Y cuando decía que los papeles se habían invertido me refería a eso; Alana no quiere comprometerse. Ha tenido un par de relaciones, pero cuando parecía que podían volverse algo más, no quiso seguir adelante. Ese temor suyo tendrá una gran repercusión en la historia.



Como ya he dicho, Tempting the Bodyguard no es el mejor libro de J. Lynn que he leído, pero su lectura no deja de ser entretenida y excitante.