White Hot Kiss

Jennifer tiene un talento innato para hacer de sus novelas algo adictivo. Mientras las lees no puedes dejarlas, ni un momento, y al terminar sientes la necesidad de seguir leyendo, hacerte con el siguiente de la saga en seguida y mantener ese frenético ritmo de lectura.

Eso es lo que me ha pasado a mí con White Hot Kiss, esta historia sobre gárgolas y demonios enfrentados, pero que casualmente tienen algo en común que tiene que ver con Lyla, nuestra protagonista. Lyla es hija de un demonio y una gárgola y es por eso que siente como si no encajara en ningún sitio. Además están esos poderes que le impiden besar al chico que le gusta, porque si lo hace absorberá su alma. Entonces aparece Roth, un demonio que dice estar dispuesto a protegerla por encargo. Y hay otra cosa, los demonios no tienen alma.

Siento que ya voy conociendo cada vez más el estilo de la autora, que voy apreciando esos puntos comunes entre sus historias y su forma de narrarlas, y ciertamente, me gusta.

Como siempre, los diálogos entre personajes son divertidos, incluso hilarantes. Con esa chispa que los caracteriza. Y también, con esa atracción sexual que Jennifer sabe reflejar. Los protagonistas masculinos de esta autora siguen siendo descarados, algo incorregibles, e increíblemente dulces con sus actos más que con sus palabras. Roth no es una excepción.

En cuanto a Lyla, llega a sorprenderte en algunos momentos, pero no demasiado. Es una chica decidida y valiente, pero no en exceso. También tiene un punto de ingenuidad e inocencia, que se hace notar en más de una escena. Así que tiene un poco de todo, lo suficiente como para poder dirigir la trama exactamente por donde la autora quiera sin obstáculos.

Ha habido otros personajes muy interesantes que también han aportado a la trama su granito de arena. Entre otros los amigos humanos de Lyla, que por otra parte me ha dado algo de pena que no supieran la verdad, porque Lyla no podía realmente compartir sus problemas con ellos. Ese ha sido un punto que, aunque no parezca realmente importante, sí influye de una manera un tanto indirecta, pues crea un vínculo de confianza entre Roth y ella que de otra forma quizá no se hubiese desarrollado hasta ese punto. Y también es algo innovador, normalmente estas protagonistas paranormales siempre tienen una mejor amiga humana y mortal que está al tanto de todo y con quien comparten confidencias.

Y no puedo terminar con los personajes sin mencionar a Zayne. Él es el mejor amigo de la infancia de Lyla y es un guardián, una gárgola (son como los ángeles pero con forma de gárgola). Y Lyla está enamorada de él, pero no pueden llegar a nada más, porque a diferencia de Roth, Zayne sí tiene alma. Éste ha sido un personaje que ha cobrado importancia a ratos. Al principio más, luego decayendo, luego otra vez más; con bastantes altibajos. Realmente no ha sido un personaje con el que haya conectado demasiado.

En el desarrollo de la historia sí he visto partes en las que la autora buscaba que sucediese una escena en concreto, lo cual no quiere decir que resultaran forzadas, pero sí quizá algo clichés. Pero solo algunas, y pocas, porque los relatos de Jennifer, y sobre todo los diálogos y las situaciones, destilan originalidad y humor.

—Y por otra parte, y sin que tenga que ver mucho con el libro en sí, me he fijado en que últimamente la originalidad radica en el modo de combinar o adaptar elementos ya creados para que encajen entre sí; es como un juego "¿a ver quién puede mezclar estos dos mitos?". ¿Qué pensáis sobre esto?—.

Además, me encanta el estilo descriptivo de la autora, es muy ligero, pero al mismo tiempo consigue despertar multitud de sensaciones al lector; lo que hace que el ritmo sea aún más veloz.

También me encanta cómo emplea la subjetividad de los personajes y cómo explota la narración en primera persona, y esto no solo en White Hot Kiss. Emplea muchas veces el diálogo interior, recurso que no me parece para nada fácil de introducir, y que Jennifer domina a la perfección.

Y por último, si aún no habéis captado el estilo de la novela, os invito a analizar el título, porque lo dice todo: White-Hot-Kiss.

No os voy a decir que es un libro cuya lectura es indispensable, que tenéis que haceros con él como sea y que no podéis morir sin probarlo. Pero si lo leéis no os arrepentiréis.